Lo que estropea un Call Center lo arregla un Community Manager.
Muchas marcas todavía no se han dado cuenta que tener un mal servicio de call center de atención al cliente puede costarles muy caro.
Quizás externalizar el servicio o llevárselo a miles de kilómetros puede resultar más barato en principio, pero está más que demostrado que la atención telefónica de una marca, sobre todo cuando se trata de una reclamación o un problema con un cliente, no puede gestionarse en la distancia y siguiendo un manual donde las respuestas, aunque emitidas por personas, están robotizadas y además no son capaces de dar soluciones, creando serios perjuicios al consumidor.
En Worten Electrodomésticos, han demostrado que acudir con una importante incidencia de servicio postventa a su call center, no solo no resuelve el problema generado por el error de un vendedor, si no que además termina por enfadar más al consumidor , mientras que un solo mensaje de queja en Twitter (con 17 RT´s e interacciones entre tuiteros) ha conseguido solucionarlo.
La rápida y eficiente intervención del Community Manager de Worten España @WortenEs (ha tardado solo 5 minutos en responder), ha evitado que se creara una posible crisis de reputación, consiguiendo solucionar en 4 horas un problema que en 24 horas y cuatro llamadas de reclamación al call center (902) han sido incapaces de gestionar.
Una vez que el Community Manager ha entrado en acción, no solo ha contactado telefónicamente una persona encantadora desde atención al cliente de España, si no que te facilitan un teléfono local por si quieres volver a conectar con ellos sin tener que utilizar el 902, detalle que en el call center también obviaron, a pesar de haber hablado con ellos en reiteradas ocasiones.
Con esto se demuestra una vez más la importancia de una buena atención al cliente y la eficacia de las Redes Sociales cuando detrás de los perfiles hay un profesional que sabe hacer su trabajo y además existe un equipo coordinado detrás del Community Manager que responde y soluciona las incidencias.
Protocolo de manejo de crisis 
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